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RÍO DE JANEIRO.- Desde la cárcel, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva llamó a sus partidarios a votar por el hombre que lo reemplazará como candidato presidencial del Partido de los Trabajadores en las elecciones de octubre. Aunque era algo sabido, la designación formal de Fernando Haddad como reemplazo de Lula resuelve una incógnita pero abre otra: ¿le harán caso los partidarios de Lula?
“Quiero que todos los que hubieran votado por mí que voten por Fernando Haddad para presidente de Brasil”, dijo Lula en su carta el martes, el día en que se cumplió el plazo para que el PT escoja a otro candidato dado que Lula tiene prohibido postularse. “De ahora en adelante él será Lula para millones de brasileños”.
Ambos políticos tienen puntos de vista similares y son amigos, pero para muchos brasileños, son también actores políticos muy diferentes.
Si bien Lula es el político más conocido de Brasil después de haber sido presidente entre 2003 y 2010, Haddad es poco conocido fuera de Sao Paulo, donde fue gobernador por cuatro años. Mientras Lula es carismático y común, Haddad es un profesor de ciencias políticas que luego fue ministro de Educación y tiene un aire de profesor. Además, sufrió una aparatosa derrota cuando se postuló a la reelección en 2016, lo que despierta dudas sobre su capacidad para convencer a los votantes.
Además Haddad, de 55 años, arranca su campaña apenas el miércoles, menos de cuatro semanas antes de las elecciones.
Carlos Melo, profesor de ciencias políticas de la Universidad Insper, cree que la fuerza del PT y el respaldo de Lula le darán a Haddad el impulso para llegar a una segunda vuelta. Si ninguno de los candidatos gana más del 50% de los votos el 7 de octubre, habrá un desempate el 28 de octubre.
Antes de postularse a alcalde en 2012, Haddad fue ministro de Educación bajo el gobierno de Lula y luego bajo la presidenta Dilma Rousseff.
Haddad fue confirmado como candidato del PT durante una reunión de la cúpula del partido en Curitiba, donde Lula está encarcelado por acusaciones de corrupción. Su compañera de fórmula es Manuela D’Avila, miembro del Partido Comunista de Brasil.
Las encuestas recientes muestran a Haddad con menos del 10% de la intención de voto, pero el partido calcula que tras el respaldo de Lula mejorarán sus posibilidades. Quien encabeza las encuestas actualmente es el congresista de ultraderecha Jair Bolsonaro.
Una encuesta de Datafolha publicada el lunes muestra a Haddad en cuarto lugar con 9% de apoyo. Es un aumento de cinco puntos porcentuales en pocas semanas, pero lejos del 24% que tiene Bolsonaro. Les siguen el izquierdista Ciro Gomes (13%), la centrista Marina Silva (11%) y el derechista Geraldo Alckmin (10%).
La encuesta tiene un margen de error de más/menos dos puntos porcentuales. Los 2.804 encuestados fueron entrevistados el lunes, pocos días después de que la candidatura de Lula fue bloqueada por el consejo electoral y después de que Bolsonaro fue apuñalado en un ataque que podría mantenerlo en el hospital hasta el día de las elecciones.
La decisión de nombrar a Haddad como candidato equivale a una admisión del PT de que no pudo colocar a Lula al frente de la campaña a pesar de numerosas gestiones ante los tribunales.
Una de las últimas apelaciones del PT fue rechazada por el máximo tribunal del país después de que Haddad fue anunciado como reemplazo de Lula.
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