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SANTO DOMINGO. Hoy y el primer miércoles de octubre de cada año se conmemora el Día Mundial de la Parálisis Cerebral. En todo el mundo esta fecha es idónea para recordar que esa población no está aislada de la sociedad y que necesita espacios inclusivos para su desarrollo.
Muchas familias conviven con un familiar con parálisis cerebral, que se define como un trastorno neuromotor no progresivo debido a una lesión o una anomalía en el desarrollo del cerebro del feto, del recién nacido o del lactante. Esto produce que el cerebro no pueda o tenga impedimentos para enviar los mensajes hacia los músculos, lo cual dificulta sus movimientos.
La destacada bailarina dominicana Monika Despradel tuvo una experiencia como madre que la llevó, quizás sin pretenderlo, a crear una de las entidades pioneras en el tratamiento de esta condición: Su hijo, Sebastián, vino al mundo con parálisis cerebral. Él fue uno del 70% de los infantes que tuvieron una grave falta de oxígeno en el cerebro antes de nacer.
Por eso, desde el año 2007 Monika, a través de su fundación Nido para Ángeles, ha levantado la bandera de hacer que esta condición sea visible y se apadrine; que obtengan una educación especial y se les dé rehabilitación.
La entidad que creó es el único centro especializado en Parálisis Cerebral (PC) del país que ofrece programas de educación especial, medicina física y rehabilitación y psicología.
En una visita a Diario Libre, Monika Despradel anunció que la fundación Nido para Ángeles estrenará nueva sede a principios del 2019 gracias a un terrero de 5,000 metros cuadrados cedido por el patronato Dulce Milagros.
Tras someter el plantel a un remozamiento, la entidad quedó sin presupuesto para terminar cuatro áreas fundamentales para quienes reciben asistencia. Según detalla, son la sala de hidroterapia, algo indispensable, el parque inclusivo, que los impulsará a través del juego; la sala multisensorial, el espacio que estimulará todos sus sentidos conjugando sonidos, iluminación, olores y movimientos, y las áreas verdes para promover el juego y la recreación.
La también productora refiere: “En esta nueva sede tenemos todas las oportunidades de crecimiento pero necesitamos completar algunas áreas esenciales para el desarrollo de estos niños. Confío en que los amigos, empresas privadas y el Gobierno nos van a ayudar a culminar esta sede para inaugurarla en enero de 2019”.
A diario se atienden 104 niños pero la meta, asegura, es entrar 30 más “y pretendemos tener para el año escolar 2019-2020 a 200 niños en el centro”, indica.
En efecto, la palabra perfecta en todo lo logrado hasta ahora es la inclusión. Pero, ¿cuál es el significado para Monika Despradel? “Para mí la inclusión es cuando tú le das a una persona todo lo que necesita para que se desarrolle al máximo”.
En la labor titánica que arriba a los 11 años, hay niños que con su sonrisa demuestran felicidad pese a las limitaciones. “Tenemos niños que caminan, que te miran a los ojos, gesticulan... otros que no podían agarrar un vaso y ya lo hacen. Parece una cosa simple y no lo es”, manifiesta.
Pero lo más importante es el caso de inserción laboral. Su nombre es Rocío Melo, tiene 29 años y es egresada Suma Cum Laude de educación por UNICARIBE y pertenece al staff de profesores. La fundadora agregó que Rocío también escribió un libro titulado “Mi problema”.
“Gracias al centro podemos tener familias más felices y productivas. El 96% de nuestra población de 1 a 18 años no paga. El aprendizaje adquirido por ellos les cambia la vida por completo y a sus seres queridos”, expresa.
Ella está segura que Nido para Ángeles vivirá en el tiempo. “La fundación tiene que mantenerse para siempre”, concluye.
La nueva sede funcionará en la calle Alfonso Moreno Martínez #48, Camino Chiquito, Arroyo Hondo II. Se informó que se rifará una yipeta Nissan 2018 para conseguir los fondos.
Para que las personas que conviven con parálisis cerebral puedan aprender a desarrollar ciertas habilidades, es necesario que sean intervenidas mediante terapias y una serie de tratamientos desde 0 a 7 años de edad, cuando su cerebro aún no ha madurado, así lo considera la filántropa.
Actualmente la fundación atiende a un grupo en edades entre 1 a 18 años. A diario hay 104 niños, pero Monika Despradel precisa que son más: “Además de ese número atendemos a 280 niños porque disponemos de un programa indirecto donde le damos seguimiento a esa población que tenemos registrada y contamos con 36 profesionales, por eso tenemos resultados comprobables”.
Los educadores están nombrados por el Ministerio de Educación, gracias a su acuerdo de cooperación. Despradel insiste en que inmediatamente nazca una criatura con esta situación, acudan a un neurólogo y después de un diagnóstico adecuado se acerquen al centro.
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