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WASHINGTON. Donald Trump dice erróneamente que el nuevo acuerdo comercial con México y Canadá es el más grande de la historia --no lo es ni por asomo-- e ignora algunas posibles consecuencias, como un aumento en los precios de los automóviles.
Una muestra de algunas de sus declaraciones y las complejidades detrás de esos temas:
TRUMP: “El acuerdo abarca casi 1.2 billones de dólares en comercio, lo que lo hace el pacto comercial más grande en la historia de Estados Unidos”.
LOS HECHOS: Eso simplemente no es así.
El acuerdo propuesto abarca los mismos tres países que el pacto que reemplaza (el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, o TLCAN). La Alianza Transpacífica negociada por su predecesor Barack Obama incluía a las mismas tres naciones, más Japón, Chile, Perú y otros seis países del Pacífico. Trump retiró a Estados Unidos de ese acuerdo apenas asumió la presidencia.
Y la misma Alianza del Pacífico era mucho más pequeña que un acuerdo que sí entró en vigor, la Ronda de Uruguay. Firmada en 1994, la ronda creó la Organización Mundial de Comercio y fue firmada por 123 países. El Banco de Boston de la Reserva Federal dijo al año siguiente que los miembros iniciales de la OMC representaban el 90 % de la producción económica mundial.
TRUMP: “Este acuerdo dispone que al menos el 75% de cada automóvil debe ser hecho en Estados Unidos para tener libre acceso a nuestros mercados”.
LOS HECHOS: Eso es cierto. Pero ese requisito puede hacer que suban los precios de los autos al desalentar el uso de partes más baratas importadas. Lo mismo se puede decir de otra cláusula que requiere que al menos el 40 % de un vehículo sea construido en sitios donde los trabajadores ganan al menos 16 dólares la hora. El nuevo pacto entre Estados Unidos, México y Canadá, es cierto, ofrece mayores protecciones a los trabajadores, lo que puede conllevar una subida de precios.
De ser aprobado por el Congreso, el pacto aumentaría el porcentaje de los automóviles que deben ser construidos dentro del bloque del 62.5 % al 75 % para no tener que pagar impuestos aduaneros.
TRUMP, respecto a las diferencias que había con Canadá: “El gran problema eran los lácteos. Ahora el mercado se abrió mucho más para nuestros granjeros. Sé que no lo pueden abrir totalmente. Ellos también tienen granjeros. Les dije, ‘los comprendo, ustedes tienen sus límites’. Pero podían hacer mucho más”.
LOS HECHOS: Esa es una buena presentación de los cambios más significativos del acuerdo en ese terreno, aunque los productos lácteos representan apenas el 0.1 % del comercio entre Estados Unidos y Canadá. Las tarifas canadienses sobre las importaciones de lácteos pueden llegar a casi el 300 %. Los granjeros estadounidenses también se quejaron de que las políticas de Canadá pueden sacar del mercado a Estados Unidos en el terreno de la leche en polvo y permitían a Canadá inundar los mercados con sus propias versiones.
El nuevo acuerdo pone fin a la discriminación a partir de los precios y restringe las exportaciones de productos lácteos en polvo canadienses. De todos modos, en ciertos sentidos va más allá que la Alianza Transpacífico de la que se fue Trump. Aumenta el acceso de Estados Unidos al 3.75 % del mercado canadiense de productos lácteos, comparado con el 3,25% que contemplaba el pacto Transpacífico. Por encima de ese nivel, los granjeros de Estados Unidos siguen expuestos a las onerosas tarifas canadienses.
TRUMP: “Para empezar, (el acuerdo) hará que Estados Unidos vuelva a ser una potencia industrial”.
LOS HECHOS: América del Norte ya es una potencia industrial. Estados Unidos figura segundo en el mundo en cuanto a producción industrial, superado solo por China. México está 11mo y Canadá 13ro, según cifras de las Naciones Unidas producidas por la Brookings Institution.
TRUMP: “Creo que mi principal concesión fue aceptar el acuerdo, porque yo hubiera hecho algo muy diferente. Pero hubiera sido una grosería, no hubiera estado bien, y no quiero tomar ese camino”.
LOS HECHOS: Se hicieron otras concesiones, como es de rigor en los acuerdos comerciales.
Para empezar, las protecciones que tiene Canadá para sus agricultores siguen mayormente intactas. Además, 2,6 millones de automóviles para pasajeros de Canadá y México estarán exentos de las tarifas de hasta un 25 % que Estados Unidos amenazaba con imponer a automóviles, camiones y repuestos para automotores importados. Y Canadá consiguió retener el proceso de resolución de disputas que tenía el viejo TLCAN, del que Estados Unidos quería deshacerse.
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