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SANTO DOMINGO. El 11 de septiembre pasado, cuando el mundo recordaba el aniversario 17 de los atentados a las Torres Gemelas en Nueva York, Juan Sánchez Peralta firmó un acuerdo de adquisición temporal de los derechos de explotación exclusivos de radio y televisión en el plano internacional de las Águilas Cibaeñas, que tuvo a su presidente Adriano Valdez Russo como contraparte.
Un equipo que había mercadeado tanto en el plano doméstico como en Estados Unidos desde 2003 hasta enero pasado, pero que en junio cedió esos derechos por tres años a la Comercializadora de Eventos del Cibao.
Pero “Juanchy” se llevó una sorpresa más grande que el Monumento a los Héroes de la Restauración el 4 de octubre, a escasos nueve días del inicio del torneo otoño-invernal 2018-2019, cuando a la sede de su empresa (JB Sánchez Correa) en los Cerros de Gurabo I, Santiago, llegó una notificación con el número 1205-2018 desde la oficina de las Águilas Cibaeñas, S.A.S., que informaba de la anulación del acuerdo.
El 25 de septiembre, el Consejo de Administración del equipo amarillo resolvió no solo dejar sin efecto el pacto firmado 14 días antes entre Sánchez y el presidente del club, Valdez Russo, sino que lo intimó por acto de alguacil a la entrega de “los ejemplares originales del acuerdo que reposan en su poder, así como de abstenerse de ejecutar los derechos y obligaciones contenidos en dicho acto”.
Un recado que alteró, nuevamente, el frágil clima de paz entre accionistas de las cuyayas, que desde mediados de la década de 1990 han confrontado crisis periódicas, cuyos efectos han sido mitigados con coronas en el terreno.
De inmediato, Juanchy telefoneó a su equipo legal y el abogado José Luis Taveras, de la firma Fermín Taveras, asumió la parte jurídica con el envío de un acto de alguacil el 10 del corriente mes a la sede comercial del club, en Villa Olga. Entre otras cosas, allí advierte que “rescindir unilateralmente el acuerdo” viola la Ley General de las Sociedades Comerciales y Empresas Individuales de Responsabilidad Limitada (la 476-08).
“Águilas Cibaeñas pretende que JB Sánchez Correa aporte los ejemplares originales del acuerdo que reposan en su poder para destruirlos y dejar sin efecto las obligaciones asumidas como si estas nunca hubieran sido contraídas, recurriendo a intimidaciones contrarias a la ley. Este tipo de actuaciones revela una manifiesta mala fe”, dice el acto al que tuvo acceso DL.
Los abogados de Sánchez intimaron a las Águilas a “cumplir con las obligaciones asumidas a través del referido acto y que, en consecuencia, se abstenga de incurrir en cualquier actuación judicial o extrajudicial tendente (a) obstaculizar, anular o de cualquier forma impedir el cumplimiento cabal a las obligaciones asumidas con ocasión del referido acto”.
En caso de no acatar la advertencia, “JB Sánchez Correa, S.R.L., procederá a interponer todas las acciones judiciales, extrajudiciales y administrativas tendentes a hacer valer sus derechos”, y advierte a la sociedad comercial Águilas Cibaeñas, S.A.S., “que sus actuaciones la responsabilizan civilmente por los perjuicios causados en contra de la requeriente”.
El pasado viernes, la Junta Directiva de las Águilas Cibaeñas, aprobó de forma “unánime” suspender de “manera indefinida” al asesor y comentarista del equipo Juan Sánchez Peralta “Juanchy”, quien advirtió a través de su cuenta en Twitter sobre problemas a lo interno del ejecutivo.
Una decisión mal digerida a lo interno la familia Sánchez, la principal accionista del club. “El presidente sacó a Luichy del grupo de WhatsApp de la cadena la noche anterior (el jueves), lo informa a los demás miembros de la cadena y al día siguiente lo expulsa. A Luichy, el pendejito, un fanático empedernido que vive el béisbol romántico. Eso no se puede perdonar”, dijo una fuente cercana a la familia, que también tiene al actual tesorero del club, Jochy Sánchez Peralta.
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