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YAMASÁ. Filtraciones que dañan los documentos, restos de pinturas que se despegan y caen del techo y oficinas sin la debida adecuación para llevar a cabo las tareas del día a día, se pueden percibir al llegar a la Fiscalía de Yamasá, lugar que es visitado diariamente por decenas de personas que llegan para denunciar diferentes situaciones.
“La situación es muy difícil aquí, entramos al baño porque es una obligación; nosotros mismos colocamos un aire acondicionado pues no hemos tenido la suerte de que nos acondicionen este lugar de trabajo”, dijo la fiscalizadora de este municipio, Yudelka Holguín.
La representante del Ministerio Público lamentó el hecho de que en el lugar no hay guardias de seguridad.
“En la Fiscalía de Yamasá trabajo yo, una secretaria, una mensajera y una conserje”, expresó Holguín al tiempo que resaltó que representa un peligro para los empleados y los ciudadanos el hecho de no contar con la seguridad adecuada por los tipos de casos que allí se atienden.
Manifestó que debido a los casos de violencia de género esa dependencia del Ministerio Público ha pedido más seguridad, entre otros requerimientos.
La fiscalía funciona en un local alquilado, por el cual pagan mensualmente 10 mil pesos. La titular de ese organismo dijo que ya se han hecho las gestiones a través de la Procuraduría General de la República (PGR) para buscar soluciones a sus problemas, pero que estas han tardado en llegar.
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