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Santo Domingo. Al 2011 le restaba apenas un día cuando el Consejo Superior del Ministerio Público designó de forma interina a Luisa Liranzo Sánchez como procuradora fiscal titular de Santiago, una abogada que ya empezaba a proyectarse por su trabajo, desde la misma Fiscalía, en el ámbito de violencia de género.
Ingresó al Ministerio Público en 2004 como fiscal adjunta adscrita en el Departamento de Protección a la Mujer, posición desde la cual creó, poco después, la primera Unidad de Atención a la Violencia de Género, Sexual e Intrafamiliar de la Región Norte.
De ahí que su trabajo en materia de género sea el faro más luminoso entre quienes evalúan los seis años de desempeño de la magistrada en el cargo que ocupará hasta el viernes 21 del presente mes, cuando deberá asumir un nuevo titular designado por el Ministerio Público.
Aunque las luces son más destellantes, a la magistrada le asoman pequeñas nubes y hasta algunas ráfagas de perdigones en la gestión que asumió formalmente en marzo de 2012.
En febrero del 2015 fue herida en la cara de varios perdigonazos, hecho que se atribuyó a un disparo que se le escapó a un vigilante del Gran Teatro del Cibao y por el que la funcionaria debió ser sometida a una cirugía menor.
Del trabajo de Liranzo hablan varios abogados que destacan la honestidad, responsabilidad y firmeza que caracterizaron su tiempo como titular.
Uno de ellos es el reputado jurista Ramón Antonio (Negro) Veras, padre de Jordi Veras, abogado y comunicador atacado a tiros en 2010 por órdenes del empresario Adriano Román (ahora fallecido), cuyo caso se constituyó en el primero y más emblemático que le tocó instrumentar a Liranzo. Los implicados en ese atentado terminaron con condenas de 30, 20 y 10 años de cárcel. Román murió en prisión en abril de 2017.
“El desempeño de la licenciada al frente de la Fiscalía ha sido excelente. Se ha comportado con responsabilidad, laboriosidad y seriedad en los casos en que le ha tocado participar”, exclamó Negro Veras.
Sin embargo, el abogado Ramón Estrella, presidente en Santiago del Colegio de Abogados, cree que el paso de Liranzo por la Fiscalía tuvo luces y sombras. “Podemos decir que fue drástica en la persecución de los delitos y crímenes contra la mujer, donde tuvo gran aporte, pero con el tiempo su gestión fue desgastándose y personas que no habían pasado concursos tenían puestos de dirigencia y los que los pasaban con altos niveles eran degradados”, comenta.
El abogado Francisco Hernández y Víctor González, procurador de la Corte en Santiago, también resaltan lo diligente y fajadora de la magistrada, aunque González enfatiza en lo “dificultoso (que le resultó) sintonizar con el sistema de trabajo de la magistrada”.
A Liranzo le tocó dar continuidad a la estafa contra la Dirección General de Aduanas, instrumentado en 2010 y que involucró a hijos de miembros del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Otros casos fueron la acusación por abuso sexual de menores contra el sacerdote polaco Wojciech Gil (Padre Alberto), en 2014 y el de Fernando de los Santos (La Soga).
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