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PERALVILLO, Monte Plata. Los temporales suelen ser señales de preocupación para cientos de habitantes del municipio de Peralvillo en la provincia Monte Plata, debido a la incomunicación traída por fenómenos como la tormenta Isaac, la cual evidenció las dificultades que atraviesa la gente de diez comunidades de esta zona.
La Guazuma, Peralvillo, Pensón, La Loma de la Gallina, Joya Fresca, La Cuaba, Serrallés, La Gina, La Recta y El Corozo, son parte de las zonas afectadas por la tormenta, y que acentúan la necesidad de puentes adecuados para el paso vehicular y de las personas.
“Sobre los ríos Ozama y Juana Te Vi solo existen alcantarillas que fueron construidas hace más de 30 años”, dijo el regidor Delvi Espinal.
Indicó que la falta de estructuras adecuadas interrumpe el desenvolvimiento de comunidades agrí- colas como La Guazuma, zona productora de cacao y que cuenta con una población de 8 mil habitantes.
Los estudiantes de los más de 60 centros educativos también resultan afectados al no poder llegar hasta sus liceos y escuelas.
El río Ozama, el más grande la provincia Monte Plata y uno de los más importantes del país, entrecruza varias partes el municipio de Peralvillo. La gente que vive a su alrededor solo pide una solución definitiva por parte del Gobierno.
"Necesitamos varios puentes, el Ministerio de Obras Públicas debe venir a evaluar la magnitud de esta problemática olvidada", dijo un lugareño.
El municipio de Peralvillo tiene unos 30 mil habitantes y su gente vive en su mayoría de la agricultura. Más de 50 mil tareas de tierra están sembradas de cacao exportable, producción que se ve afectada por la incomunicación.
Además, este municipio comunica con las provincias Juan Sánchez Ramírez y Monseñor Nouel.
Decenas de viviendas y calles en el sector El Café de Herrera, en Santo Domingo Oeste (SDO), se encontraban inundadas ayer, no solo de agua sino también de basura que provienen de una cañada.
Calles como la Respaldo Duarte, la Respaldo 4 y la 8 todavía presentaban un gran volumen de agua y desperdicios, sobre todo plásticos, pasado el mediodía a pesar de que las lluvias que habían iniciado el pasado viernes cesaron en la madrugada de lunes.
En los barrios Los Guandules y La Ciénaga no hubo desplazados porque aunque el río Ozama penetró a algunas viviendas cercanas, en poco tiempo retornó a su cauce. La gente sigue esperando su reubicación, pero advierte que de manera justa. En el caso de La Ciénaga, algunos callejones tenían un poco de agua, pero quedan las marcas de hasta donde subió el río, que se retiró lentamente al bajar la marea. Jesús Martínez, dirigente de la Junta de Vecinos, apeló al presidente Danilo Medina para terminar con la incertidumbre.
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