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SANTO DOMINGO. Ser joven no exime de morir de un infarto. Así lo confirma la muerte por esta causa de personas no mayores de 35 años. Cardiólogos lo atribuyen a factores hereditarios, el tabaquismo, combinaciones explosivas de consumo de estimulantes y sustancias como las contenidas en la hookah, al estrés y al sedentarismo por la inactividad física producto del uso de aparatos tecnológicos.
“Aquel que tiene en su familia un antecedente de muerte súbita antes de los 50 años tiene una especie de espada de Damocles porque son situaciones que se van a repetir en las generaciones siguientes”, afirmó el doctor Pedro Vidal Corniel, jefe del Área Pre y Post Quirúrgica del Instituto Dominicano de Cardiología, al referirse a factores de riesgos no controlables.
Pero hay factores controlables que, sin embargo, su hábito es un canal para una enfermedad cardiovascular. Citó, a modo de ejemplo, “el problema de la hookah”. “Jóvenes de 21, de 22 años, han muerto súbitamente en el contexto de la utilización de esto que se ha convertido en una costumbre”.
En el segmento Diálogo Libre de este periódico, Ernesto Díaz Álvarez, director médico del Instituto Dominicano de Cardiología, planteó un escenario para sustentar lo que decía Vidal. Primero que el jueves un joven consuma cigarrillos, bebidas energizantes y alcohol. Para emborracharse con la combinación de estas dos últimas hay que tomar más por el efecto neutralizante del producto energizante.
Prosiguió indicando que el viernes ese joven fume con una hookah, el sábado consuma cocaína y el domingo tome un estimulante sexual. “¿Usted se imagina en un cuerpo de 20 años cigarrillo, bebida energizante, alcohol, hookah, cocaína, y después esos dos viajes de sildenafilo?”, cuestionó. “La Emergencia nuestra ha aumentado cerca de un siete por ciento en personas jóvenes que van a los hospitales a buscar servicios con dolor en el pecho”.
Según destacó Díaz, si se toma en cuenta una nueva clasificación médica que reduce los valores de medición de la hipertensión, el porcentaje daría que de cada tres dominicanos dos son hipertensos. El doctor Díaz estimó que para 2011, las enfermedades isquémicas del corazón fueron la principal causa de muerte en el país (18.50 %), de una lista de 10 causales. Le siguió como causante del 11.70 % de las muertes en ese año la enfermedad cerebrovascular. El 2.60 % fue por insufiencia cardíaca.
“Cuando yo estaba en el bachillerato, en la escuela primaria, no me acuerdo escuchar un compañerito mío decir: estoy deprimido, y ahora uno ve a los niños de cinco o siete años (diciendo): estoy deprimido”, se lamentó el doctor Vidal.
Atribuye lo anterior, en parte, a la competencia. “Antes nosotros nos conformábamos con el juguetico o con los tenis (...) pero ahora los muchachos, si no tienen esa marquita, no se sienten bien”.
“Tenemos jóvenes con unos niveles de ansiedad mucho más altos -agregó-, con tendencia a la depresión y eso implica activación del sistema nervioso simpático, liberación de catecolamina, agregación plaquetaria, aumento de los factores pro coagulativos de la sangre, y todo eso incide en que tengamos más jóvenes con infarto que antes no los teníamos. El infarto era ya en los hombres por encima de 40 años, en las mujeres por encima de 55 años, pero ahora no”.
Josué Pichardo, jefe de Enseñanza del Instituto Dominicano de Cardiología, destacó que hay una enfermedad cardiovascular en jóvenes que consiste en un síndrome de estrés. “La liberación importante de catecolamina incide directamente sobre el corazón aumentando el riesgo cardiovascular, aumenta la frecuencia y por lo tanto aumenta el consumo de oxígeno, y ahí viene el infarto”, explicó.
El cardiólogo Vidal también observó que el tabaquismo tiene más incidencia en las universidades privadas del país que en la pública. Informó que en una academia privada se tuvo que desarrollar una campaña para fomentar espacios libres de humo.
“Parece que fumar es algo muy placentero pero también que implica cierto prestigio y eso es un gran problema”, apuntó.
La dieta es otro factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares. “El problema de la comida chatarra incide en el aumento, no solamente del colesterol total, sino del colesterol malo”, destacó. El médico observó que esto ya es un problema que viene desde la niñez.
“Nuestros niños y adolescentes pasan más tiempo con los videojuegos y practican menos deportes que antes (...) Hacíamos más ejercicio antes que lo que se está haciendo ahora y todo eso está incidiendo”, dijo.
El director médico del Instituto Dominicano de Cardiología cuestionó la falta en el país de programas de prevención cardiovascular a nivel público y privado. De fomentarse, afirma que el paciente y las aseguradoras se ahorrarían mucho dinero.
Para llevar un estilo de vida que prevenga la ocurrencia de una enfermedad cardiovascular, el doctor Pedro Vidal aconseja las siguientes recomendaciones:
Seguir una dieta que incluya frutas y vegetales diarios.
Reducir la ingesta de sal.
Controlar el consumo de grasas y alimentos fritos.
Caminar por lo menos 150 minutos a la semana.
Eliminar el uso del cigarrillo.
Reducir el estrés.
Mantener un índice de masa corporal de entre 18 a 24 kilogramos por metro cuadrado de superficie corporal. De 25 a 29 es sobrepeso y más de 30 es obesidad, que es uno de los principales factores predisponentes a hipertensión.
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