Deuda Soberana Regional: Hacia el Grado de Inversión

Discurso de Apertura del licenciado Héctor Valdez Albizu 

Gobernador del Banco Central de la República Dominicana, pronunciado en el Salón Américo Lugo, Banco Central de la República Dominicana, el 31 de agosto de 2023

 Distinguidos:

Señor Jochi Vicente, Ministro de Hacienda de República Dominicana

Señor Alejandro Fernández, superintendente de Bancos

Señor Alfredo I. Flores, Secretario Ejecutivo del COSEFIN 

Señor Odalis Marte, Secretario Ejecutivo del CMCA

Distinguidos representantes del Consejo de Ministros de Hacienda de Centroamérica, Panamá y República Dominicana (COSEFIN), del Consejo Monetario Centroamericano (CMCA), del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), demás autoridades y participantes de este evento.

En nuestra condición de Gobernador del Banco Central de la República Dominicana y Presidente del CMCA, queremos darles la más cordial bienvenida, a este acto de inauguración del Seminario “Deuda Soberana Regional: Hacia el Grado de Inversión”, el cual se está llevando a cabo, gracias al esfuerzo mancomunado realizado por  las secretarías del Consejo de Ministros de Hacienda o Finanzas de Centroamérica, Panamá y República Dominicana (SECOSEFIN) y  la el Consejo Monetario Centro Americano (SECMCA), con el Apoyo del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), actividad que se desarrolla en el ámbito de cooperación de entidades pertenecientes al subsistema de integración económica (SICA).

Como sabemos, la pandemia del COVID-19 transformó nuestra realidad económica global, empujando a nuestros gobiernos a adoptar políticas fiscales y monetarias expansivas con el propósito de combatir sus secuelas sobre la economía, como son niveles de desempleo nuca vistos, y efectos negativos terribles en los sectores más vulnerables, acompañados de niveles críticos de pobreza. Esto conllevó al incremento en el nivel de deuda de las naciones alrededor del mundo.

El impacto de la pandemia en las finanzas de los gobiernos de América Latina y el Caribe fue palpable. Observamos cómo la deuda promedio se disparó en casi 20 puntos porcentuales hasta el 82.7% del PIB en 2020, con relación al nivel previo a la crisis pandémica. Sin embargo, gracias al desmonte de programas de ayuda y la recuperación del crecimiento económico, la región logró reducir ese nivel de deuda hasta un 70.2% del PIB al concluir 2022, según cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Al dirigir nuestra mirada hacia los países de Centroamérica, Panamá y República Dominicana, observamos que enfrentamos un incremento del endeudamiento con relación al PIB menor que el promedio de toda la región de América Latina, pasando de 53.02% en 2019 a 65.33% del PIB en 2020. 

Dentro de este contexto, podemos decir que nuestra Región ha emprendido políticas monetarias y fiscales contundentes, logrando la reactivación económica y reducir los niveles de deuda a PIB, de manera tal que al cierre de 2022 el promedio de endeudamiento con relación al PIB fue de 58.96%. 

Sin embargo, el entorno internacional actual aún presenta importantes retos, como la persistencia del conflicto geopolítico entre Rusia y Ucrania, así como las altas tasas de interés en las economías avanzadas. Por lo tanto, es imperativo que, como región, continuemos por esta senda de consolidación fiscal y endeudamiento sostenible. Esto nos ayudará a alcanzar el deseado grado de inversión para nuestra calificación soberana, sólo alcanzado por Panamá entre los países aquí representados. 

En ese sentido, debemos destacar a Panamá como un modelo de éxito en la región en términos de calificación crediticia, y no tengo dudas de que es una experiencia valiosa de la cual todos podemos aprender.

En el caso de la República Dominicana, el trabajo del Ministerio de Hacienda en el manejo de la deuda, en coordinación con el Banco Central se han traducido en reconocimientos tangibles por parte de entidades internacionales de renombre. La consolidación de nuestra estrategia fiscal y monetaria ha sido respaldada por agencias calificadoras, como es el caso de Standard & Poor’s que elevó nuestra calificación crediticia a BB en 2022. Como resultado, nuestro nivel de riesgo país, representado por el Índice de Bonos de los Mercados Emergentes (EMBI, por sus siglas en inglés), se ha reducido, colocándose en 322 puntos básicos al 29 de agosto de 2023, por debajo del promedio de América Latina de 389 puntos básicos.

Sin lugar a duda, alcanzar el grado de inversión nos permitirá adquirir financiamientos a tasas de interés más competitivas y garantizar la financiación adecuada de proyectos de desarrollo en nuestros países. Además, esta calificación crediticia es fundamental para la atracción de inversión extranjera directa, lo cual se traduce en la creación de nuevas empresas, empleos y transferencia tecnológica, factores que repercuten en la reducción de la pobreza y el incremento del ingreso per cápita, como muestran los países que han alcanzado esta calificación.

Esperamos que este foro sirva como tribuna para intercambiar experiencias, aprender y diseñar conjuntamente el camino hacia ese grado de inversión. Asimismo, que aprovechemos cada segundo de deliberación y encuentro en estos dos días de jornada.

Agradecemos profundamente su presencia y participación, confiando en que juntos escribiremos el próximo capítulo de prosperidad para nuestra región. Reciban un afectuoso saludo y deseos de un fructífero encuentro.